EDUARDO NAVARRETE COMPARTE SU HISTORIA CON ESE TOQUE HILARANTE QUE LE CARACTERIZA: DE PARIS HILTON A LA TERREMOTO DE ALCORCóN

Yo quería ser Norma Duval en Folies Bergère, pero comprendí que nunca iba a ser la vedette que quería”. Con estas palabras Eduardo Navarrete resume su motivo para emprender una carrera en la moda. Y es que, el diseñador, dejó a un lado su faceta cabaretera para convertir en uno de los modistos más magnéticos de nuestra industria textil.

Su carismática personalidad la ha ido desgranando delante de la televisión en diferentes formatos en los que ha participado como Maestros de la costura donde fue finalista o MasterChef Celebrity. Ahora, abre una nueva puerta para acercarnos a él, un libro sobre su vida repleto de anécdotas, carcajadas y emociones.

Una autobiografía en la que habla de sí mismo para contar su historia, pero también de las muchas celebs que han estado presentes en diferentes momentos de su vida.

Y no se ha conformado solo con contar su historia, sino que ha convertido su autobiografía en un compendio de consejos para que todos podemos realizar nuestros propios diseños en casa. A partir de ahora podremos hacer el traje sastre de Casino para Asier Etxeandía que nos explica paso a paso.

Si alguno pensaba que Navarrete se había retirado, que se olvide porque nunca ha sido su intención. “Aunque conté que me iba a tomar un tiempo, al final el titular fue que me retiraba de la moda. En realidad, es absurdo que niegue que alimenté un poco al monstruo y la ambigüedad del titular porque vi que la noticia funcionaba… Sin embargo, lo siento mucho, muchísimo, muchisisísimo, pero no me retiro”, asegura.

“Lo que hemos hecho ha sido coger cierta distancia para volver con fuerza, porque tengo muchísimos proyectos de televisión y no tenemos tiempo de pensar en la siguiente colección con el mimo que necesitaría. En definitiva, esta colección tuvo un titular engañoso, falso y carne de clickbait. ¿Me arrepiento? Para nada”, añade.

Así que, no hay dudas: “Hay Navarrete para rato, tanto en la moda como en la tele y, por qué no, en la literatura”. Y sí, desde este miércoles tenemos el libro disponible. No hay más que echar un vistazo al índice del libro para hacernos una idea de lo que vamos a encontrar entre sus páginas.

  • El vestido de la Terremoto
  • «Demencia»: mi proyecto de fin de carrera
  • «Ukomavu»: la ruina de la madurez
  • «Casino Navarrete»: de apuestas pioneras a la llegada del buen money
  • «Teatro chino»: la profesionalización de la marca (y mucho famoseo, claro)
  • «Supermercados Navarrete»: entre fogones, celebs y carritos de la compra
  • «N-61»: el rolling, aprendizajes, tropiezos y El Hormiguero
  • «10.1»: costura, miles de cristales y una despedida que, en realidad, es un comienzo

La Terremoto de Alcorcón

Comienza su relato con La Terremoto de Alcorcón a la que no conoció en la discoteca de su pueblo cuando tenía 16 años porque su madre no le dejó ir sino tres años después en Ibiza cuando hizo su primera temporada como La Nenuco.

Ya en aquel entonces cuidaba mucho sus looks: “Ojo, no es que lo diga yo, es que la gente me definía como elegante… ¡¿Quién es elegante con diecinueve años?! En lugar de hacer shows de Madonna o Lady Gaga, yo hacía de Tania Doris, Celia Gámez, Ondina, Susana Estrada… Era una travesti viejoven, con un registro diferente al habitual”.

Paris Hilton

Estaba en el sofá, sentado entre mis padres viendo en Callejeros cómo se había rodado el videoclip para SuperMartxé, de Paris Hilton. ¡Pero si hasta tuve una erección!”. Eso fue lo que le llevó a Ibiza. Por aquel entonces pesaba 99 kilos y, aunque su madre pusiera en duda que fuera un cuerpo para ser gogó, él tenía claro que “esto con unos tacones y un corsé se arregla”.

Eso sí, empezó unas dietas extremas sin ser consciente de que aquello se convertía en una obsesión que terminó en un trastorno alimenticio del que es consciente ahora, a toro pasado. “Un día subí una fotografía mía en el escenario de La Troya, y mi amiga La Pavi, de mi pueblo, me dijo que como no cogiera peso llamaba a mi madre y le contaba todo. Yo nunca me veía delgado, pero ahora, al ver esas imágenes, me doy cuenta de que realmente daba asco”, cuenta en el libro.

Le gustaba compartir sobremesas con los mayores en lugar de jugar con los niños de su edad, le hacían bullying sus compañeras, pero él no perdía su objetivo. “Ahora lo llaman manifestar, y lo hace hasta Oprah, pero yo lo hice a mis dieciocho delante de un pastel. Ya te he dicho que siempre he sido un adelantado”, escribe.

Cabaret y vestidos de escándalo nos va ayudar a conocer la historia de un artista que se propuso serlo y lo consiguió.

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