CARME CHAPARRO HABLA DEL ACOSO ESCOLAR QUE SUFRIó: “ME LLAMABAN GORDITA, CERDITA, PEGGY

Cuesta creer que una profesional con 30 años de experiencia y que transmite tanta convicción frente a las cámaras siga arrastrando la inseguridad y la vulnerabilidad de esa niña que fue víctima del acoso escolar. Carme Chaparro (51 años) asegura que fueron los libros los que la salvaron de ese tormento, los mismos que hoy escribe con éxito y que la ayudan a sacar los fantasmas que guarda en su interior.

Revista SEMANA ha hablado en exclusiva con la presentadora y escritora de 'Castigo' (Ed. Espasa), su nueva novela, en la que muestra el lado oculto de la televisión, esa que tanto conoce y a la que va a volver en breve con un interesante proyecto en el matinal de 'Informativos Telecinco'.

¿Cómo surgió esta novela?

Son varias cosas que guardas en la cabeza, pero yo necesito un hilo del que tirar y fue escuchando el programa de radio 'Anda ya', de Los 40, llevando a las niñas al cole. Tienen una sección en la que llama alguien que ha cumplido años y le cuentan que tiene un regalo. Y yo pensé: ¿Nadie lo usará para vengarse de una infidelidad o algo así? (risas). Lo que pasa es que, como soy así, me inventé una madre ilusionada porque piensa que la llamada es una sorpresa de su hijo y, en vez de recibir un regalo, encuentra una parte del cuerpo del niño.

¿Cómo pueden salir de la cabecita de alguien tan dulce historias tan truculentas?

(Risas) Yo me llevo el trabajo a casa y sufro mucho contando las historias de dolor. Aunque haya visto las imágenes mil veces, me siguen rompiendo el corazón, porque me imagino las historias que hay detrás. Esto hace que mi cabeza esté llena de esos pensamientos que reflejo en las novelas y escribir es una especie de terapia para sacarme los fantasmas. Por ejemplo, en la novela hay un pequeño homenaje a Kira, una chica de Barcelona que se suicidó por acoso escolar y nunca he dejado de pensar en ella.

El acoso escolar te toca de cerca porque lo sufriste...

Afortunadamente, cuando me sucedió no había móviles ni internet que hicieran que fuera del colegio eso continuara. Podía encerrarme en casa a leer y los libros me salvaron la vida, porque me llevaban a otro mundo. Me llamaban gordita, la cerdita, Peggy… Ahora me doy cuenta de lo que arrastro, pero en ese momento ni lo contaba. En el instituto hicimos un grupo de 4 o 5 de los frikis y nos apoyábamos entre nosotros, pero sabías que los demás iban a la discoteca y no te invitaban. No sé si hubiera sobrevivido a lo que me pasó si llego a nacer ahora, con esta sobreexposición en la que te excluyen de grupos de WhatsApp y estás en casa sabiendo que se están burlando de ti.

Los padres no somos conscientes del sufrimiento que tienen los niños… Una cosa bonita que estoy haciendo es ir con Aldeas Infantiles a institutos con influencer como Àngela Mármol. Ella cuenta el acoso que sufrió en el colegio y los niños, que la ven como una superestrella, se quedan impresionados al saber lo que le hacían y hacen preguntas. Como figura pública, esto es de las cosas que de las que estoy más orgullosa.

“Mi marido me ha hecho ser una nueva persona, vital y optimista”

Todo lo vivido te ha hecho ser la mujer que eres…

Yo les digo a mis hijas que lo que me pasó me ha dado una perspectiva de la vida distinta, una resiliencia diferente, porque sufres mucho, pero sale una persona nueva. Reconoces ser muy insegura, pero ante la cámara muestras lo contrario… Al arrastrar desde niña ese sufrimiento, tienes la necesidad de que todo el mundo te quiera, de caer bien y de que crean que eres buena persona y esas necesidades las sigo teniendo. No puedes gustarle a todos y cuesta mucho aceptarlo, pero creo que voy por buen camino.

¿Cómo logras controlar las emociones en directo?

Tienes que hacer un ejercicio de contención muy difícil y muchas veces acabo llorando en el coche, de camino a casa. Pienso que me gustaría llamar a la persona de la que hemos hablado en el 'Informativo', pero creo que pensarán que quién soy yo y pocas veces lo he hecho.

La novela se la dedicas a tu marido y a tus niñas. ¿Son tu ancla?

Siempre. Si ahora soy así y empieza a importarme menos lo que opinan los demás de mí es gracias a mi marido, que es muy positivo. Yo lo conocí en el funeral de Lady Di -es realizador y cámara- y ha hecho conmigo un trabajo de psicoterapia que me ha hecho ser una persona nueva, vital y optimista. Él me cuida y es mi ancla, y mis hijas también… Yo soy insomne y, en vez de dar vueltas en mi cama, me voy a la de una de ellas y la abrazo. Pienso que, si no me duermo en dos horas, estoy abrazadita a mi niña. Son maravillosas, me han dado otra manera de ver la vida y de descubrir las cosas. He tenido mucha suerte con mis hijas.

¿Para este libro te has inspirado en historias reales?

Sí, hay muchas cosas. A mí me gusta enfrentar al lector a la realidad y en esta novela hay mucho dolor y risa también, porque he puesto a una mujer directiva de un canal de televisión a la que le encanta dar zascas y me desahogo (risas).

Muestras la cara oculta de la tele: directores que solo buscan audiencia, colaboradores sin ningún tipo de escrúpulos...

Dejo que el lector saque sus conclusiones mostrando las conversaciones entre bambalinas, el ego de tal persona, la necesidad de esta otra de que la sigan contratando volviéndose extremista.

 “Soy muy casera y si no me paso dos días en casa sin quitarme el pijama soy feliz”

¿Cuándo vuelves a la televisión?

Dentro de poco. Voy a presentar el último bloque del matinal de 'Informativos Telecinco', al que querían poner ese perfil de más madurez. La idea es profundizar en temas que en el informativo no se puede. A mí me gustan mucho los avances médicos porque son noticias bonitas. Estoy muy ilusionada porque se puede hacer cosas distintas. Eso sí, hay que madrugar: me tengo que levantar a las 3:30 (risas).

¿En estos años al frente de 'Informativos' te has sentido presionada?

Por suerte, mis jefes siempre han parado los golpes y no nos han transmitido la presión. Pero llamadas siempre hay, sobre todo de políticos.

¿Cómo has vivido la despedida de Pedro Piqueras?

A Pedro le adoro, aparte de ser un ser humano excepcional, me ha enseñado mucho de tele. Su despedida fue un momento triste, pero muy bonito, porque se volcaron todos los departamentos de la cadena. Pero ahora ha venido Carlos Franganillo de director de 'Informativos' y es excepcional también como ser humano y trabajador, arremangándose a picar. Y Paco Moreno, director de 'Informativos de Telecinco' y Cuatro, también tiene una la suerte de trabajar con personas a las que admiro y de las que aprendo, y de seguir disfrutando de esto.

¿Cómo te ves dentro de diez años?

Ojalá seguir trabajando con gente de la que aprender y haciendo un poco lo que me da la gana. Soy una privilegiada porque tengo la suerte de trabajar en cosas que me hacen disfrutar. Ahora, un retiro leyendo y viendo series, tomando un aperitivito en la terraza de mi casa y viendo disfrutar a mis hijas y a mi marido sería estupendo. Yo soy muy casera y si me paso dos días en casa sin quitarme el pijama, soy feliz. Tengo la suerte de tener un mundo interior muy entretenido y maravillosos amigos, y no me siento sola nunca. Y si se acaba la televisión, puedo escribir y si se acaba escribir, leer o caminar con mi perro por el bosque, que es superterapéutico.

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