COURTNAé PAUL, EL "SABOR SUDAFRICANO" DEL BREAK DANCE RUMBO A PARíS-2024

Ella sola es capaz de llenar de energía la sala desde que entra al escenario con un 'moonwalk' y acompañando el ritmo con la cabeza: la deportista de break-dance sudafricana Courtnaé Paul participa en sus últimas batallas antes de la clasificación a los Juegos Olímpicos de París.

El breaking, que nació en los barrios desfavorecidos de New York en los años 1970 ligado a la cultura hip-hop será por primera vez disciplina olímpica en los Juegos de París, que arrancan el 26 de julio.

"Es una mezcla de artes marciales, gimnasia y de todo lo que es 'cool'", explica a la AFP Paul, de pelo rubio teñido, sonrisa con hoyuelos y piercings. Minutos antes, en esta sala de Johannesburgo, estaba boca abajo, en equilibrio sobre un solo brazo tatuado.

Originaria de Durbán, al este, la joven mestiza de 32 años forma parte de los siete 'Bgirls' y 'Bboys' del continente inscritos en las pruebas de clasificación, que se celebrarán en mayo y junio en Shanghái y Budapest, para lograr una plaza en las pruebas de los JJ OO, que se celebrarán en la Plaza de la Concordia parisina.

Paul comenzó a destacar este año, en una competición internacional que ganó, como ya hizo en 2021. Antes de iniciarse casi por azar en su carrera profesional como bailarina, había practicado kickboxing, gimnasia y muay thai.

"Empecé en la danza hace 13 o 14 años. Paré un momento y luego volví a tiempo completo hace casi cuatro años", cuenta.

Entonces se instaló en Johannesburgo, demuestrando su polivalencia, probando a ser coreógrafa o DJ, pero todavía no estaba convencida de poder vivir completamente de ello.

"No tenía dónde ir y no había una plataforma" para darse a conocer, recuerda.

- Explosiva y poderosa -

Después llego la pandemia de coronavirus, y el confinamiento ofreció a Courtnaé Paul el tiempo para consagrarse al breaking. Un mensaje divino, según ella, que le decía: "Retomemos lo que queremos que hagas".

Desarrolla entonces un estilo único, que describe como una mezcla de "rugosidad", "educación" y "sabor sudafricano".

Su entrenador Jaco Claasen la describe como una "mujer explosiva" y "poderosa". Para los Juegos Olímpicos, una gran parte del trabajo consist según él en afinar la estabilidad de la deportista y su danza musculada.

En las pruebas de clasificación, Courtnaé Paul seberá medirse a otras 40 bailarinas llegadas desde todo el mundo. Tan solo 16 se clasificarán a París, donde se enfrentarán en cuatro batallas de 60 segundos máximo.

Cinco jueces valorarán sus ejercicios en base a seis criterios: creatividad, personalidad, técnica, variedad, actuación y musicalidad.

Esta sudafricana apenas puede creer que podría terminar participando en unos Juegos Olímpicos, en una disciplina que todavía no atrae patrocinadores: "Nueve de cada diez veces tengo que pagar todo de mi propio bolsillo", cuenta Courtnaé Paul, añadiendo que limita su participación en competiciones por falta de presupuesto.

"En un mundo ideal, sería una deportista profesional y cobraría por entrenarme, comer y dormir. Lamentablemente, en Sudáfrica no es lo que vivo", señala.

Una clasificación olímpica podría cambiar el destino, espera. "He trabajado al máximo y estoy totalmente preparada. Una persona segura de sí misma es una persona peligrosa", avisa.

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